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La CGT y ambas CTA movilizaron este lunes hacia la Plaza de Mayo.
Las centrales obreras nacionales hicieron público su respaldo a la iniciativa del ministro de Economía de la Nación y candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa, quien anunció que el piso del Impuesto a las Ganancias subirá a $1.770.000 a partir del 1 de octubre.
Tanto la CGT como ambas CTA movilizaron este lunes hacia la Plaza de Mayo y el Palacio de Hacienda, donde las principales autoridades gremiales mantuvieron un encuentro con el funcionario, quien confirmó que el piso se actualizará semestralmente eximiendo de pago a cerca del 97% de trabajadores y trabajadoras.
"Para mí, el salario no es ganancia. Es remuneración, el pago por el trabajo y esfuerzo que hace cada trabajador. Tenemos que terminar con esta locura de que un trabajador no quiera hacer horas extras para no perderla en el impuesto", aseguró Massa.
Y agregó: "Hemos tomado la decisión de, por decreto, impulsar desde el 1 de octubre un mínimo no imponible de $ 1.770.000. En la Argentina solo van a quedar 80.000 gerentes, jubilados de privilegio o beneficiarios de altos ingresos pagando el Impuesto a las Ganancias".
Foto: Maximiliano Luna (Télam)
En relación al anuncio, la CGT que conducen Pablo Moyano, Héctor Daer y Carlos Acuña afirmó que "sin duda alguna significará una importante mejora para el salario de todos los trabajadores".
En tanto que la CTA Autónoma encabezada por Hugo Godoy señalaron que la iniciativa da respuesta a un "reclamo histórico por parte de las y los trabajadores de todas las centrales obreras que merece ser atendido".
Por su parte, desde la CTA de los Trabajadores que lidera Hugo Yasky manifestaron: "Contra los que prometen ajustes para quienes trabajan y beneficios para los grandes empresarios, cortando el hilo por lo más delgado, los trabajadores tienen ahora la oportunidad de sostener la continuidad de las políticas que beneficien a los sectores populares".
"En lo inmediato va a haber seguramente un decreto para evitar que se siga profundizando esa confiscación de los salarios pero la idea es tener una solución definitiva que convierta esto en un gravamen a los altos ingresos y no un impuesto al salario como era hasta ahora", explicó el propio Yasky.
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